Los cañones y la ermita que defienden Ribadesella

Quien visite la pequeña ciudad Asturiana de Ribadesella no debería irse sin antes haber coronado su cima. Este municipio costero está en la desembocadura del Rio Sella, del cual viene su nombre, y cuenta con múltiples atracciones turísticas que hacen de este destino vacacional un auténtico acierto. Uno de esos atractivos es La Ermita de La Virgen de la Guía, enclavada en el punto más alto pueblo, el Monte Corberu.

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Aunque conocida, a menudo pasa desapercibida por su localización. En mi caso, la descubrí hace unos siete años, un día que salí a pasear solo, desde el hotel en el que me estaba alojando. Y andando, andando…

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La Ermita en si es una belleza, pero… la localización en la que está situada es la auténtica atracción: En lo alto de una montaña, rodeada por tres cañones que miran hacia el vasto mar, y que defienden la ciudad de navíos, ya fantasmas, que navegaron tiempo atrás.

La capilla de la Virgen de la Guía posee un estilo protorrenacentista, y en su momento tuvo mayor tamaño, aunque en el siglo XIX sufrió una reconstrucción. Quien entre dentro podrá contemplar una bonita colección de maquetas a escala de distintos barcos, aunque he de confesar que nunca he llegado a entrar. Alrededor de la ermita se encuentran tres grandes cañones (que antaño fueron cinco), un ancla, un panel con información acerca de la historia de ese lugar…

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ermita-de-la-guia-1Y el mar. Por supuesto. Un vasto mar azul oscuro que se extiende hasta donde alcanza la mirada, y mucho más lejos.

Desde lo alto de ese acantilado, uno puede ser testigo de la belleza de esta bolita en el que vivimos. Igual es que a mi estas cosas me ponen romántico, pero… Mirando al océano, siento como las preocupaciones se alejan con cada ráfaga de brisa marina, y solo queda la inmensidad, susurrándote al oído que la mayoría de problemas que te amargan en el día a día, a menudo son solo tonterías superfluas. Sin embargo, el mar va a estar siempre ahí.

Ya se me ha ido la pinza.

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Volviendo a la historia de esta ermita, puedo decir que los cañones, en su momento, sirvieron para defender Ribadesella de navíos enemigos, de piratas y de conquistadores. Los dos cañones que faltan, por lo que se, hace tiempo que cayeron (o fueron tirados) al mar.

Por otro lado, La Virgen de la Guía es la patrona de los marineros. A principios del mes de Julio, se celebran las fiestas en su honor, momento en el que llevan a la virgen en procesión marítima, y momento también en el que esta montaña se llena de gente.

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El paseo hasta la Ermita también es un auténtico deleite. Quien lo recorra podrá ver toda la ciudad desde cada vez mayor altura; podrá disfrutar de la brisa marina; de las privilegiadas vistas panorámicas; del océano cantábrico… Y de un simpático lorito que, desde su ventana, imita a la perfección los sonidos de un teléfono móvil.

Lo dicho. Ribadesella es una ciudad preciosa, llena de lugares que visitar, entre ellos este. Para llegar, solo hay que poner rumbo hacia la Playa de la Atalaya, y delante del parque infantil que hay en esa calle, meterse por la que hay a la izquierda, la calle del Corbero Guía. Más fácil, imposible.

¿Te animas a descubrir por ti mismo la historia detrás de esta ermita?